Cómo poner punto final a la soledad

La soledad y la separación son verdaderas enfermedades de nuestro tiempo. Necesitamos urgentemente verdadera comunicación, pero en vez de ello, a menudo encontramos huidas, juegos y mentiras. Este fenómeno está tan diseminado que se ha convertido en la norma. Así que frecuentemente huimos los unos de los otros, víctimas de malentendidos, preguntándonos qué pasó.

Aunque tal vez no nos demos cuenta, esta confusión surge porque no sabemos quiénes somos o quién es la persona con quien estamos. Tenemos muchas posibilidades de modificar ésto. Nuestra vida entera consiste en construir puentes. Cada persona que conocemos es un puente, un nuevo lazo, un nuevo camino para profundizar en el amor y la comprensión que somos capaces de dar. Aún así, muy pocos de nosotros sabemos cómo construir esos lazos, así que pocos de nosotros los facilitamos. O, si lo hacemos, es por unos pocos preciosos instantes, y luego escapamos a escondernos.

El puente crucial es aquel que permite a otra persona entrar en nuestras vidas. Pero hay muchos obstáculos para cruzar ese puente. Habitualmente, nuestra primera respuesta ante otra persona es juzgarla, rechazarla o criticarla. conocemos a alguien e inmediatamente lo etiquetamos. En vez de ser una persona, se transforma en un objeto para nosotros, en un extraño, en un enemigo. De este modo, nos separamos de los demás. Luego nos preguntamos por qúe nos sentimos tan solos.

Los juegos que jugamos

"Abandonad, señor, vuestros aires de superioridad, vuestros numerosos deseos, vuestro amaneramiento y vuestras extravagantes pretensiones. ¡No os hacen ningún bien, señor! Ésto es todo lo que tengo para deciros". Lao Tse

Para poner fin a nuestra soledad, debemos examinar los papeles y juegos que representamos (las identidades que fingimos). Estos papeles, sueños e imágenes son a menudo lo que fortalece nuestra soledad. La mayoría de nosotros usamos muchas máscaras, representamos demasiados papeles. Con cada máscara nos sentimos ligeramente distintos. Esas máscaras son cómodas. Nos protegen del viento, la nieve y la lluvia. Pero a veces una de ellas se nos queda pegada. No recordamos que nos la habíamos puesto tan sólo por un rato, y se convierte en una pantalla que oculta nuestro verdadero rostro.

Roles: Un rol es un conjunto de comportamientos que tienen por objeto proyectar cierta imagen ante los demás y ante nosotros mismos. En cada rol adoptamos ciertos comportamientos, sentimientos y actitudes. Esas respuestas se construyen automáticamente. Cuando nos identificamos plenamente con un rol, éste no sólo nos impide interactuar con toda clase de gente y explorar diversas posibilidades: también nos aparta de lo que está ocurriendo en la realidad. En vez de ser reales, nuestras vidas se convierten en una compleja obra teatral. Cuando ésto ocurre, la soledad es inevitable. Su causa no es la separación de los demás, sino de nosotros mismos.

Los roles pueden resultar hipnóticos. Podemos enamorarnos de un rol o fantasía y vivirlo como si fuera nuestro verdadero ser. O, más común, podemos enamorarnos de alguien que está representando un rol. Aquí no nos enamoramos de una persona verdadera, sino de la imagen o fantasía que ha creado para nosotros. Podemos sufrir una conmoción si esa persona abandona su rol y nos encontramos cara a cara con quien es en realidad. Ésto habitualmente toma algunos meses de relación, y luego comenzamos a preguntarnos, ¿dónde ha ido a parar el amor?.

Representar un papel nos brinda una sentimiento temporal de seguridad. La seguridad temporal no es mala, pero es sólo temporal y no satisface nuestras necesidades más profundas, ni llena nuestro vacío interior. El mayor peligro de perdernos en un rol es que ese rol puede empezar a sobrepasarnos. Podemos perder contacto con la realidad. Perdemos conexión con nuestros sentimientos, y puede que llegue un punto en que no seamos capaces de ver las posibilidades con que contamos en nuestra vida.

Muchísimos malentendidos y una profunda falta de comunicación suelen ser las consecuencias de apegarse a un rol en particular, o a una ilusión de sí mismo. Despéguese un poquito. Mire si puede empezar a separarse del rol estático que ha construido para usted.

Ejercicio: Libérese.

¿A qué clase de roles, juegos o identidades se apega usted? ¿Cómo afecta éso su funcionamiento general? ¿Cómo contribuye a su sentimiento de soledad, extrañeza o separación de los demás? Deshágase del papel que representa a diario. Sea quien es. Permítase saber cómo se siente y qué cosas son importantes para usted. Si hace ésto día a día, se sentirá más conectado con usted y con el mundo.

Consejo de un amigo

La soledad no es mala... hay que ser muy inteligente y saber aprovecharla para encontrarse con uno mismo. Y eso de que no tenés amigos ni con quién salir no me lo creo..porque si realmente te interesa la vida social..hay montones de lugares donde uno puede conocer gente, hablar... etc. Hay que ver cuanto ponés vos de vos mismo para abrirte a los demás e integrarte... Y si realmente es cierto y no tenés con quién estar, buscá algo que hacer como leer un buen libro..